https://inteligenciacolectiva.pbwiki.com
Inteligencia colectiva: la revolución invisible
Traducción al español del libro en construcción de J.F. Noubel
otros artículos (por añadir)
En occidente, la mayoría llega a una reunión teniendo sus puntos de vista ya formados y dispuesta a defender una idea, que espera que los demás acepten.
Por lo tanto, las reuniones consisten en discutir los diferentes puntos de vista, para ver cuál sobrevive a las críticas y cuál obtiene más adhesiones. Si bien las ideas iniciales sufren modificaciones y mejoras, todo tiende a ser cuestión de "esculpir el mármol". Es decir, comenzar con un gran bloque, e ir golpeándolo hasta obtener el producto final...
Resulta difícil que los occidentales comprendamos que los japoneses se reúnen sin ideas preconcebidas; o que el propósito de la reunión sea escuchar. Para ellos, el resultado de la reunión se va completando en forma gradual, ya que así, un concepto se vuelve más rico y puede ser mejor analizado. Lo más importante, es que todos brindan información "limpia" de subjetividades y poco a poco esta información se organiza en una idea. Todos los participantes observan cómo va ocurriendo esta transformación. Una vez terminado el proceso de exposición y escucha, la ruta es obvia para todos. Por supuesto que este proceso no sucede ni se completa en una sola reunión. Puede durar semanas y meses, incluyendo muchas reuniones.
La noción occidental es que las ideas se cincelan a golpe de argumentos.
La noción japonesa, es que las ideas surgen como semillas y pequeños brotes, los cuales después se nutren, para permitirles crecer y tomar forma.
Lo dicho anteriormente es, sin duda, una versión algo idealizada del contraste entre la discusión occidental y la manera japonesa de presentar información. Nuestra intención es la de mostrar el contraste, y no la creer que todo lo japonés es maravilloso y debe imitarse.
A nosotros, nos parece extraño que no discutan...
A ellos, que a nosotros nos guste tanto discutir!
No podemos cambiar nuestras culturas, pero podemos cambiar nuestra costumbre de discutir. Para esta clase de cambios, necesitamos recursos y expresiones nuevas que nos permitan pensar diferente. La exhortación y la explicación, por sí solas, tienen poco valor práctico.